domingo, 29 de marzo de 2009

Receta para extrañar a su país




Dispóngase de un país pequeño con las siguientes características: hermoso, con el mejor clima del mundo, una encantadora ciudad colonial rodeada de volcanes, regiones montañosas con vistas maravillosas, lagos tan mágicos que pareciera que está en un cuento de hadas, acceso a dos mares, un legado místico de una sabia cultura ancestral, coloridas tradiciones, comida variada y emocionante, y con gente trabajadora, feliz, tenaz y humilde.

A continuación agréguele cientos de años de gobiernos mediocres y dictatoriales, de preferencia militares. Incorpore una pequeña revolución y agite vigorosamente. Luego, con ayuda de la CIA, cocine un golpe de estado para bajarle la espuma a la revolución cuando esta suba. Luego prepárese para hornear, en una cazuela muy grande, una guerra civil.

El conflicto debe llevar mucha sangre, suficiente dolor y generosas cantidades de amargura e injusticia. Cocine durante treinta y seis años a fuego bajo, incrementando la temperatura de cuando en cuando. Retire del fuego.

Agregue dos bandas de pandilleros en guerra, varios cárteles de narcotraficantes peleando por territorios, un congreso con diputados corruptos, varios presidentes bien aguados y varias mujeres asesinadas impune y cobardemente (unas quinientas por año más o menos). Mezcle bien y lleve al horno a cuatrocientos grados por diez años. El resultado será país muy violento, volátil e inestable al borde de la zozobra, con habitantes temerosos de salir a la calle.

Al comenzar a sentir malestar, psicosis y paranoia ocasionada por la violencia y la desesperanza, disponga de un país más feo que el suyo pero menos condimentado, váyase a vivir a ese país con mucha esperanza y felicidad. Reinicie su vida y espere de dos a tres meses. Comience a comparar a su nuevo país con el anterior.

Entonces comenzará a extrañar a su país más que a nada en el mundo.